miércoles, 8 de febrero de 2023

EL TIEMPO PASA INEXORABLE AUNQUE NO NOS DEMOS CUENTA

 Queridos compañer@s y amig@s, permitidme hoy un poco de humor aunque nada tenga que ver con nuestra profesión.

Nos ha pasado alguna vez que miráis a otra persona de vuestra misma edad y pensáis yo no puedo parecer tan viejo? Os cuento esta historia que es buenísima.

Alicia estaba sentada en la sala de espera del dentista, era su primera vez con él  y en la pared estaba colgado su diploma con su nombre y apellidos.  

Cuando ella lo leyó recordó a un muchacho alto buenmozo, pelo negro que tenía el mismo nombre de un chico que he ido a su misma clase como unos 30 años para atrás.   Podría ser el mismo chico del cual ella estuvo secretamente enamorada?  

Después de verlo en el consultorio rápidamente desechó sus pensamientos porque era un hombre calvo,  poco pelo canoso y su cara estaba llenísima de arrugas y parecía muy viejo como para haber sido su compañero de clase.  

Alicia después de terminar la consulta le pregunta por curiosidad: tú te graduaste en el colegio Santa María del Bosque? A lo que le responde sí.

 Alicia incrédula siguió preguntando, pero cuándo te graduaste? y él contestó en 1980, por qué me lo preguntas? 

Alicia responde, tú estabas en mi clase.  Él la mira detenidamente y entonces ese feo, calvo arrugado, gordo, canoso y decrépito, le preguntó: De qué asignatura me dabas clase???

Que tengáis un buen día!!! 


sábado, 14 de noviembre de 2020

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO

 

¿EL NACIMIENTO DE UNA ILUCION?

 

Ya están lejanos aquellos días, en que un grupo de farmacéuticos rurales crean con enorme ilusión lo que se conoce como Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR). Quedan pocos de aquellos que iniciaron esa andadura, los mejores nos dejaron para siempre, otros han cambiado su ejercicio profesional y muchos están jubilados o a punto de ello.

Es necesario recordar para futuras generaciones la intrahistoria de muchos de los acontecimientos que ocurrieron en aquellos momentos iniciales. Nunca la historia es univoca, es poliédrica y cada persona la vive la percibe con matices y realidades diferentes.

La preocupación por la situación de la farmacia rural y por intentar mejorar sus condiciones viene de final de los años 80 del siglo pasado cuando hay un desembarco de compañeros en pueblos cada vez más pequeños, se van formando asociaciones de ámbito local, regional o autonómico. Algunas de estas asociaciones tienen un papel muy destacado en esos años finales del siglo XX.

En los primeros años del siglo XXI, serán Isabel Enriquez vocal de rurales del Colegio de Madrid y Antonio Jesus Galan vocal de rurales del Colegio de Ciudad Real lo que tiene un primer contacto para intentar encauzar y organizar acciones que permitan la mejora del ejercicio rural.

En los años 2008 y 2009 se producen algunas reuniones auspiciadas por estos dos compañeros en la sede del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, en estas reuniones iniciales los asistentes fueron los pocos vocales rurales que había en aquel momento y representantes de las diversas asociaciones de farmacéuticos rurales que existían dispersas por España, además de algunos compañeros interesados personalmente en la mejora de las condiciones de trabajo y vida en la farmacia rural.

Desde la distancia recuerdo con cariño, la enorme entrega y amabilidad de Isabel Enriquez, la generosidad del Colegio de Madrid que nos abrió sus puertas y el entusiasmo que se respiraba en aquellas primeras reuniones, este ambiente se transformo en amistades muy entrañables entre los asistentes que hoy perduran, pasamos de ser un grupo de farmacéuticos rurales a convertirnos en un grupo de muy buenos amigos.

Otro detalle que conservo muy vivió en la memoria, es como desde el principio nos entendimos perfectamente y se tenía claro cuál debía ser el papel presente y futuro de la farmacia rural en España.

En la segunda o tercera reunión, aparece en ella un compañero, de un pequeño pueblo de Sevilla, amable, callado, pero con una capacidad de liderazgo que nos engancho a todos, era nuestro primer presidente Francisco Javier Guerrero (DEP), que desde el primer momento nos atrapo por su sentido común, su sencillez y tuvimos todos claro que cualquier proyecto futuro debería ser liderado por él.

Por tanto, cuando en marzo de 2010 se constituye oficialmente la Sociedad Científico Profesional de Farmacia rural, nadie tenia duda que su presidente debería ser Francisco Javier Guerrero. Y a partir de ese momento empieza una lucha, desde diversos sectores profesionales para intentar controlar aquello que había surgido de manera limpia, espontanea con ilusión, pero fuera de los causes establecidos por la profesión.

Lo acontecido a partir de entonces es otra historia que algún día continuaremos.

Francisco Gonzalez Lara

miércoles, 27 de mayo de 2020

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO


 “Cualquiera puede sostener el timón cuando el mar está en calma” (Publilio Siro)

La batalla es inminente, en las trincheras los hombres reflejan en sus caras la tensión previa al momento de saltar del refugio que les brinda la trinchera y encontrarse en tierra de nadie. Sus miradas buscan con ansiedad las de sus oficiales escudriñan lo más nimios detalles buscando un resquicio de seguridad en su mirada que les permita superar sus miedos y salir a esa tierra devoradora de hombres.

Suenan los silbatos, hay oficiales que saltan los primeros y sin mirar atrás, sin pensar en sus vidas corren los primeros esperando que les sigan sus hombres, su ejemplo da ánimos a sus subordinados que le siguen sin dudarlo un instante.

Por el contrario, otros empujan desde la seguridad de la trinchera a sus hombres fuera del refugio esperando que sean ellos los que soporten lo mas duro de los momentos iniciales de la batalla, hombres que se sienten solos, abandonados por quien tiene que liderarlos y viven con toda crudeza el desamparo más absoluto.

Estas imágenes han sido recurrentes en mi mente durante muchas etapas de esta pandemia que hemos vivido, he visto quien se ha crecido y ha dado lo mejor de sí y otros que se han visto superados, por su falta de capacidad, por sus miedos y por su falta de liderazgo. En una situación limite como la que hemos vivido se pone de manifiesto la verdadera naturaleza de las personas.

Hoy cuando estamos viviendo lo que parece el fin de esta pesadilla, seria el momento para que todos reflexionáramos y viéramos con quien nos identificamos, si han estado delante de nosotros asumiendo riesgos sin importarles equivocarse o nos dejaron solos ante una situación nueva y se quedaron paralizados sin saber que hacer.

Lógicamente los casos han sido múltiples, tenemos que apoyar aquellos que han demostrado su valía y su liderazgo en esta situación crítica y pedirles a quien no ha sabido estar a la altura de las circunstancias que de un paso al lado.

Muchos les gustaría que todo volviera a ser igual después de esta crisis, pero desgraciadamente lo que nos espera es una situación de posguerra, con una crisis de dimensiones desconocidas y por tanto necesitamos al frente de nuestras instituciones personas que hayan demostrado su valía y capacidad en situaciones límites, porque solamente ellos podrán liderar el nuevo paradigma para la profesión que nos permita superar y salir renovados como grupo de la crisis que se avecina.

Francisco Gonzalez Lara

martes, 14 de abril de 2020

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO


ESPECULACIÓN Y MASCARILLAS

En mayo de 2009 el Tribunal Europeo de Justicia defiende la exclusividad de los farmacéuticos en la explotación de las farmacias, porque la explotación por una persona que no sea farmacéutico puede suponer un riesgo para la salud pública. Esta sentencia supuso un espaldarazo a la restricción a la propiedad de las farmacias de personas que no fueran farmacéuticos.

En este sentido, la sentencia afirma que, aunque es innegable que el objetivo de los farmacéuticos, al igual que el de otras personas, es la obtención de beneficios, en el caso de los farmacéuticos de profesión se supone que no explotan la farmacia con un mero ánimo de lucro, sino que también atienden a un criterio profesional.

Por lo tanto, prosigue el TEJ, su interés privado en la obtención de beneficios está mitigado por su formación, su experiencia profesional y la responsabilidad que les corresponde, ya que una eventual infracción de las normas legales o deontológicas no sólo pondría en peligro el valor de su inversión, sino también su propia existencia profesional.

Y es que, a diferencia de los farmacéuticos, las personas que no tienen dicha condición carecen, por definición, de una formación, experiencia y responsabilidad equivalentes a las de los farmacéuticos. Dadas las circunstancias, el TEJ subraya que no ofrecen las mismas garantías que los farmacéuticos.

En España además de esta restricción a la propiedad de una farmacia por no farmacéuticos, se añade la existencia de un modelo regulado que impide la libre apertura de oficinas de farmacia, lo cual recalca la necesidad en la profesión de ser aún más escrupulosos en el cumplimiento de las normas legales y deontológicas.

Y precisamente por ese carácter exclusivista la profesión farmacéutica además de estar regida por las normas legales, está sometida a un código deontológico, entendido como un conjunto de deberes y normas morales, pero no desde una perspectiva general, sino desde la perspectiva exclusiva de individuos que ejercen una determinada profesión.

Así entendida podríamos afirmar que la deontología profesional es una rama de la ética aplicada que se encarga de la teoría de los deberes morales de una determinada profesión y de la conducta de sus miembros en el ejercicio de esta. Y el fin práctico de la deontología, tras el estudio de los deberes morales que deben ser aplicados a una profesión, lo constituyen los códigos deontológicos que no son más que la aplicación práctica de la deontología plasmada en normas concretas, claras, precisas y fácilmente comprensibles. Los encargados de velar por el cumplimiento de las normas deontológicas en nuestra profesión es la organización colegial que ha de velar porque los colegiados adecuen su práctica profesional a lo recogido en el código deontológico.

En esta crisis que estamos viviendo se ha puesto el foco mediático sobre las farmacias y los precios que se están cobrando por algunos productos escasos y muy demandados por la población como son las mascarillas.

La realidad es en primer lugar que no son productos de venta exclusiva en farmacia y por tanto se pueden encontrar en otros canales de distribución. Y que como consecuencia de la crisis sanitaria que vivimos los canales habituales de aprovisionamiento para las farmacias y otras entidades colapsaron y han sido sustituidos por otros agentes que han entrado en un mercado especulativo feroz.

Ante este panorama la mayoría de las farmacias optaron por no entrar en la compra a precios abusivos de las mascarillas porque piensan que no podían ofrecerlas a los precios que se encontraban, incluso hubo una minoría de farmacias que primando y velando por el bienestar de sus pacientes mas en riesgo compraron a estos nuevos distribuidores lotes de mascarillas que entregaron gratuitamente a sus pacientes.

Pero a sido la aptitud de un grupo muy minoritario que, amparándose en las leyes del mercado y en una falsa labor profesional, han estado vendiendo mascarillas a precio muy por encima de sus valores habituales y han hecho un daño tremendo a la profesión pues han dado pie a que en los medios de comunicación y redes sociales se culpe al conjunto de farmacéuticos españoles de especuladores.

No se entiende que, desde la aparición de los primeros casos, los máximos responsables de la profesión no delimitaran claramente, basándose en criterios profesionales y deontológicos, cual era la manera correcta de actuar ante esta situación. Tampoco se entiende que, ante estos casos, minoritarios pero reales, no ejercieran acciones punitivas, que están entre sus competencias para cortar de raíz estas actuaciones. Es verdad que de manera puntual algunos colegios han dado recomendaciones e incluso alguno abrió expedientes a ciertas farmacias, pero de una manera general no se hizo ninguna actuación.

La actuación irresponsable de este grupo muy minoritario, la repercusión mediática que sus actos han tenido y la falta de rapidez y contundencia en la actuación de nuestros máximos responsables, han causado un daño enorme a la profesión, daño que veremos en el futuro el alcance que ha tenido,  y que puede ser utilizado para socavar el modelo de farmacia español que tiene su piedra angular en el binomio propiedad titularidad y el concepto de una farmacia donde prima la labor profesional y sanitaria antes que un ánimo de lucro.


Francisco Gonzalez Lara

sábado, 4 de abril de 2020

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO


¿QUE MUNDO NOS ESPERA?

Hoy cuando estamos viviendo una crisis de salud con connotaciones desconocidas desde hace generaciones no esta de mas echar la vista atrás y repasar nuestra historia, y fijarnos en un periodo como el Renacimiento donde vamos a encontrar situaciones en la medicina y la clínica con semejanzas a lo que hoy estamos viviendo.
En el Renacimiento en cuanto a la medicina clínica, las innovaciones se pueden agrupar en dos bloques: la aparición de nuevas enfermedades y la teoría del contagio, y el desarrollo de nuevos hábitos.
En la Clínica del Renacimiento se describen modos específicos de enfermar que se tienen por enfermedades de nueva aparición, pero en ocasiones es difícil de decir si verdaderamente lo eran. Lo que es cierto es que aparecieron con carácter epidémico y con unos síntomas desconocidos por los médicos renacentistas, se trataba de afecciones que rompían los esquemas galénicos tradicionalmente aceptados. Los médicos renacentistas afrontaron resueltamente la cuestión poniendo las bases de la nosología moderna.
Caso típico de nueva enfermedad renacentista es la dolencia aparecida y desparecida en este período en Gran Bretaña, es el "sudor inglés". Fue una epidemia desconocida y fulminante que aparecía en una localidad sumiendo a la mayor parte de sus habitantes en un sopor y dolorimiento, con profunda sudoración, cuyo desenlace, en un sentido u otro solía producirse en 24 horas o menos. En pocos días desaparecía de la localidad para continuar en otra. Surge a finales del siglo XV y desaparece en el siglo XVI.
Al fin del Renacimiento fue borrada del catálogo de enfermedades, no sin haber dejado abundante bibliografía medica sobre la enfermedad.
            Sobre su etiología desde el inicio diverso autores dan diversas teorías sobre su causa y origen, la tesis viral se ha venido construyendo desde principios del siglo XX, y la primera sospecha recayó sobre la influenza sin mayores argumentos. Otros autores fijan su origen en un arbovirus concretamente un Hantavirus, aunque hoy día no hay un consenso claro sobre el origen de esta.
            Pero lo mas interesante sobre esta enfermedad propia del Renacimiento Europeo fueron las consecuencias que tuvo en la sociedad de su tiempo, especialmente por su marcada distribución por sexo y edad indujo una percepción apocalíptica, pánico, hipocondría y cambios en la conducta humana. Afectó el curso de la política en Inglaterra y Francia, truncó el sitio de Viena por la desmoralización y la huida de los turcos, incidió en la Reforma protestante en el Viejo Continente, produjo escasez de mano de obra y de comida, causó parálisis del comercio e indujo tibias medidas de aislamiento y de cuarentena. Por todo ello, esta enfermedad bien podría engrosar la lista de aquellas que cambiaron la historia de la humanidad.
            Con seguridad esta nueva pandemia del coronavirus en un futuro pasara también a engrosar la lista de enfermedades que cambiaron la historia de la humanidad, porque no creo que nadie dude que después de esta crisis mundial de salud, se establecerán cambios en todos los ámbitos de nuestra vida y habrá un mundo antes y otro después de esta terrible pandemia.

Francisco Gonzalez Lara

lunes, 25 de noviembre de 2019

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO


DE AQUELLOS POLVOS ESTOS LODOS


La farmacia como un elemento integrante de la protección de la salud pública ha sido objeto de control administrativo, prácticamente desde su nacimiento como profesión. En los inicios era un control a posteriori, primero por los ayuntamientos y después durante muchos siglos por el Tribunal del Protomedicato, posteriormente se da un paso decisivo con la exigencia de un control a priori que se concreta con la exigencia de una autorización administrativa previa que legitime y permita el ejercicio de la profesión en un local abierto al público.

Este control se apunta en la Ley de Sanidad de 1855 y se recoge con total claridad en las Ordenanzas de Farmacia de 1860, ahora bien, a la luz de las Ordenanzas de 1860 no puede decirse que la autorización administrativa previa a la apertura de la farmacia suponga poner fin a la libertad para el establecimiento de nuevas farmacias, puesto que la autorización se otorgará siempre que con la solicitud de apertura se acompañe el título de Farmacéutico, un plano o croquis de los locales, así como un catálogo de los medicamentos que tenga dispuesto para el surtido de la botica, y otro de los instrumentos de laboratorio que fueran necesario.

Esta libertad de establecimiento se restringe por primera vez en la historia de la farmacia española con el Decreto de 1941, este Decreto de 1941 introduce distintos elementos limitadores en función de la población de los municipios; en los municipios de más de 5.000 habitantes las limitaciones provenían de la distancia entre farmacias; y en los municipios pequeños, de menos de 5.000 habitantes, el elemento limitador venía dado por el número de plazas de Inspectores farmacéuticos municipales.

En esta misma línea limitadora de la libertad para el establecimiento de nuevas farmacias, tomando como base las distancias entre farmacias y la proporción entre éstas y el número de habitantes, se desarrollará toda la normativa posterior, en particular, en el Decreto de 31 de mayo de 1957 que establece limitaciones, para los municipios de más de 50.000 habitantes, se referirán únicamente a las distancias entre farmacias, mientras que para los de menos de 50.000 habitantes tendrán en cuenta también la proporción entre la población y el número de farmacias. En 1957 más de la mitad de los municipios españoles carecen de farmacia dado que tanto el Decreto de 1941 como el de 1957 establecen que en las poblaciones superiores a 50.000 habitantes la apertura de las farmacias se determina únicamente por las distancias entre las mismas, sin tener en cuenta el número de habitantes de la población, lo que originó un enorme crecimiento del número de farmacias en algunas zonas urbanas, y sólo en menor medida en las zonas rurales. En cualquier caso, parece indudable que el crecimiento del número de farmacias fue proporcionalmente superior al crecimiento de la población, de modo que en el año 1977 la población española con farmacia en el lugar donde residen llega al 93,6%.

Posteriormente se redactó una norma con una enorme influencia en el desarrollo normativo de la oficina de farmacia y que tuvo una formidable incidencia en la farmacia rural. Estamos hablando del RD 909/1978, que por primera vez establece una regulación basada en criterios de habitantes y distancias de manera general para todos los municipios independientemente del  número de habitantes que tengan.

A partir de su publicación la apertura de nuevas oficinas de farmacia en los pueblos importantes y en las ciudades quedara prácticamente vedada para los nuevos farmacéuticos, por tanto las nuevas aperturas se van a desviar hacia municipios rurales pequeños, integrantes de partidos farmacéuticos que englobaban varios de ellos y que a partir de aquel momento vemos como en partidos farmacéuticos de varios municipios con un IFM y por tanto una farmacia se producen tantas aperturas de nuevas farmacias como municipios lo integraban.

El mapa de la farmacia rural cambia completamente, va a absorber a nuevos titulados que abren farmacias en pueblos cada vez más pequeños, porque los márgenes de beneficios en aquel momento y una farmacia que crece anualmente con índices de dos cifras permiten una vida al menos digna para estos profesionales.

Este incremento de aperturas en el medio rural se produce en los años 80 y 90 del siglo pasado, hasta que a principios de este siglo la administración toma medidas correctoras del gasto y además aparece el fenómeno de la despoblación del medio rural, estos dos factores hacen que en la actualidad muchas de estas farmacias abiertas al calor del decreto 909/1978 sean claramente deficitarias y estén por debajo del umbral de rentabilidad.

Si en tiempos pasados todos estaban contentos, la administración porque aumentaba la capilaridad del modelo farmacéutico español y la profesión porque la apertura en el ámbito rural le daba argumentos para la defensa del modelo en unos años donde los ataques al mismo fueron constantes, se encuentran en la actualidad con un problema del que no parece tengan una solución. Todos hablan de la importancia de la farmacia rural en pequeños municipios, pero nadie ante su situación límite tiene una salida o al menos la intención de buscarla, salvo buenas intenciones, que por sí solas no evitaran en un futuro próximo la desaparición de la mayoría de estas farmacias. La administración y sobre todo la profesión no se dan cuenta de las consecuencias que para el modelo de farmacia española tendrá su desaparición.

 Dr. Francisco González Lara


jueves, 24 de octubre de 2019

DESDE LA ATALAYA DEL CASTILLO


COLEGIOS FARMACEUTICOS PASADO PRESENTE Y ……..

El siglo XIX está caracterizado por el paso del boticario artesano de siglos pasados que aprendía junto a un maestro en la más clásica tradición gremial, a un nuevo profesional con preparación científica que estudia en la universidad y toma los hábitos colectivos de las demás profesiones liberales.

Paralelamente se va a desarrollar un modelo caracterizado por la libertad de establecimiento y un reforzamiento del monopolio profesional sobre el medicamento debido a la promulgación de la Ley de Sanidad de 1855 y las Ordenanzas de farmacia en 1860.

Los Colegios farmacéuticos proliferan durante el siglo XIX cubriendo sus intereses profesionales con estatutos que le convertían en instituciones científicas. Su fuerza se debe a un fuerte sentimiento gremialista heredado de etapas anteriores que nunca se perdió en su totalidad y al impulso recibido del pensamiento liberal hacia la agrupación de los farmacéuticos.

Este asociacionismo, surgido de la confluencia de esta circunstancia, tiene sus peculiaridades propias, que dan características diferenciadoras de las demás estructuras corporativas del modelo liberal, la existencia de intereses económicos comunes, reforzados posteriormente por los profesionales.

El nuevo sistema de colegiación surge de lo dispuesto en la Ley de Sanidad de 1855 en su artículo 80, más tarde en 1877 se promulga  la Ley de Asociaciones a la cual se ajustaron los Colegios de Farmacéuticos por ser Corporaciones de Derecho Público. Todos estos intentos de asociacionismo durante las últimas décadas del siglo XIX se siguen caracterizando porque la pertenencia a estos Colegios sigue siendo voluntaria. Por ello, en 1916 se estableció por Real Decreto la obligatoriedad de pertenencia a los mismos.

No es hasta diciembre de 1917, por Real Orden del Minis­terio de la Gobernación, cuando se establecen unos Estatutos Obligatorios de los Colegios Farmacéuticos, incluyendo la inscripción obli­gatoria para ejercer la profesión. Como objetivo de la colegiación se señalaba el mejoramiento profesional y el mutuo apoyo de la clase farma­céutica.

Los Colegios que van surgiendo en toda España a partir de este momento son los antecesores de los actuales, en esta primera etapa se caracterizan porque sus miembros son exclusivamente titulares de oficinas de farmacia, los cargos en los mismos se renuevan con una periodicidad corta y sus presupuestos son modestos. Como ejemplo significativo el presupuesto del Colegio de Sevilla para el año 1933 era de 25.452 pesetas.

Esta dinámica de los colegios cambia a partir del año 1944, cuando una vez implantado el Sistema Nacional de Salud, los colegios se ven obligados a establecer servicios de tasación de las recetas oficiales del recién instituido Seguro de Enfermedad. Esto se ve reflejado en los presupuestos colegiales y en Sevilla el presupuesto de 1945 se ve incrementado hasta las 109067,48 pts. cuadriplicándose en poco más de una década. Para 1946 el presupuesto se duplica de nuevo  alcanzando un total de 211.040 pts. Y por primera vez vemos que una parte del presupuesto recae sobre un porcentaje de la facturación de las recetas del Seguro de Enfermedad, siendo en 1946 un 5% sobre la facturación que representan 60.000 pts.

La  aparición del Seguro de Enfermedad y la tramitación de las recetas por parte de los Colegios permitirá que a partir de ese momento sus presupuestos se incrementen de manera muy notable, gracias al porcentaje que cargan a los colegiados como gastos de facturación.

A partir de los años 80 del siglo pasado aparece otro factor que influirá en la situación actual, los adjuntos de farmacia, figura desconocida anteriormente y que irán incrementando el  número de colegiados, siendo en la actualidad mayoría en los colegios.

Este panorama lleva a que actualmente la situación de los Colegios se caracteriza:

-Presupuestos muy importantes sufragados en un elevado porcentaje por los cargos sobre facturación de recetas, que no reflejan el coste real de este servicio.

-Mayoría de colegiados no titulares de oficina de farmacia que solo sufragan con sus cuotas de colegiación una parte mínima de los presupuestos.

-Remuneración de los cargos colegiales de una u otra manera, lo que lleva a la profesionalización de ellos y a la permanencia durante periodos muy prolongados.

-Por el origen de los ingresos que sufragan los presupuestos, una resistencia a cualquier cambio de modelo retributivo que haría replantear estos ingresos y por tanto los presupuestos.


FRANCISCO GONZALEZ LARA